La facturación digital o facturación electrónica, es un procedimiento implementado ya en casi todo el mundo, a través de nuevas leyes fiscales relacionadas con el comercio convencional o electrónico, es decir, independientemente de la forma, utilizar medios digitales para facturar. Desde hace algunos años estamos viviendo cambios importantes relacionados a comprobantes fiscales digitales y existe también una gran polémica por los aspectos de contribución en cuanto a los negocios electrónicos que hasta el momento se mantienen lo más libre posible de los gravámenes “injustos” o desproporcionados que afectarían la actividad empresarial en internet. En el caso de las facturas electrónicas, la situación está más por el lado de un control por parte de las instituciones fiscales y también por sustituir los métodos basados en documentación física, y sí, seamos honestos, una tendencia también a agilizar el negocio de los folios y de hacerlo más eficiente. ¿Dónde está la oportunidad de negocio?
Así es, el negocio está en la venta de los folios electrónicos, para los cuales algunas empresas han aprovechado esta tendencia informática para generar ingresos basado en la necesidad de los negocios de consumir folios electrónicos. Muchas de estas empresas se han dedicado a ofertar la venta de folios electrónicos a manera de afiliación o sistema de afiliados, sí, hay que comprar el derecho de venta de estos folios y el costo por esto sigue siendo elevado, pero con una promesa de recuperación de esta inversión. La idea es básicamente distribuir este producto que es justificado como necesario en base a las regulaciones fiscales presentes, lo cual lo hace ventajoso y rentable, claro, esto depende de cada quien, al final estamos vendiendo un producto más pero con ciertos aspectos a favor, que lo hacen muy interesante.
Lo más importante aquí, es determinar mediante pedir información a la institución fiscal, sobre si las regulaciones presentes sobre facturación electrónica realmente hacen de los folios una necesidad en la cuestión de facturación, de manera que exista efectivamente un mercado real para este negocio y no otra “burbuja” basada en un supuesto error o malinterpretación de quien publicita, y, por otro lado, verificar con la misma institución fiscal, que tales empresas que están ofertando la afiliación en cuanto a la venta de folios electrónicos, están realmente autorizadas y certificadas para realizar este tipo de transacciones. Finalmente, siempre surgirá la pregunta de cómo es que estas empresas tienen el permiso o el derecho de hacer negocios por medio de los productos de facturación electrónica (software, folios electrónicos, etc.), e incluso, cómo podríamos incursionar a este mercado en un nivel superior al de solo afiliarse a estos.
